No hay que subestimar el poder de un chisme. El deseo morboso de conocer los detalles de un escándalo es tan fuerte que puede sostener una película y mantener atentos a los espectadores durante dos horas.
La expectativa aumenta cuando la historia se basa en un suceso que nos resultan de familiar y sobre el cual nos sentimos en capacidad de opinar. “Red social” narra la historia del suceso cibernético “Facebook” desde su creación hasta la actualidad, incluyendo riñas, villanos, traiciones y muchos millones de dólares.
Todo inicia en la Universidad de Harvard donde el estudiante Marck Zuckerberg obsesionado con pertenecer a un club social de las fracasado en el amor e insolente por naturaleza, es rechazado por su novia. En medio su despecho y con varias cervezas encima, Zuckerberg crea un juego en línea llamado “Match face”, que consiste en escoger la estudiante más linda de la universidad. El éxito es tal que en una sola noche, la red de la universidad colapsa debido a la gran cantidad de visitas que el sitio recibe. Esto lleva a que el estudiante se sienta genio pero también lo hace recibir un llamado de atención de los directivos de la institución, mismo que él ignora. Días después, Zuckerberg es contactado por un grupo de muchachos interesados en crear una comunidad cibernética exclusiva para los estudiantes de la universidad.
Él acepta la oferta pero en realidad su propósito es otro. Usa la idea del club social virtual para desarrollar su propia red. Para comenzar el negocio, involucra a su mejor amigo como socio financiero, mientras él se concentra en la construcción del sitio. Todo esto a espaldas de quienes le dieron la idea de crear la red universitaria. Poco a poco la idea crece pero Zuckerberg jamás pierde la perspectiva de lo que quiere hacer. No le interesa poner publicidad en su sitio porque esto solo alejaría a los usuarios y defiende por encima de todo, que sea una página “cool”.
Su red de amigos empieza a crecer, no solo la virtual sino también la de la vida real. El los acepta a los nuevos y saca lo mejor de ellos: De uno el dinero, del otro la extensión del negocio y de otros las ideas. Después de eso, los desecha a todos. Así se relaciona y no le interesa ser diferente y aunque insiste en decir que no es una mala persona, actúa de manera contraria.
Al final, como suele suceder en este tipo de escándalos, lo de menos es el invento o la revolución porque toda la atención termina centrándose en los pleitos y las demandas que Zuckerberg debió enfrentar por cuenta de aquellos a quien dejó pisoteó en su ascenso. Todo esto se muestra entre el pasado y el presente entre pactos, celebraciones y trampas que después se traducen en demandas e interrogatorios entre abogados y socios.
“Red social” está dirigida David Fincher (“El extraño caso de Benjamin Button”, “Zodiac” y “El club de la pelea”) y su guión es una adaptación del libro “Multimillonarios por accidente” escrito por Ben Mezrich y que se cuenta de cómo una sucesión de hechos, sin mayores reflexiones.
La postura del director es frente al hecho es clara. No puede ocultar que no sienta el más mínimo afecto por el protagonista del escándalo a quien no duda en mostrar como un tipo frío, manipulador y desprendido, que no se tienta el corazón por nada. Mientras que a los otros se les trata un poco más suave.
Dicho de otra manera, en “Red social” hay villanos, víctimas y jugadas sucias aportadas de la vida real porque al parecer, así fueron las cosas. Entonces aquí hay poco de dramaturgia de ficción y mucho de bajezas humanas y de historia. Tal vez esta película solo se basa en eso, encostrar la superficialidad de las redes social virtuales, pero afirmar que estos sitios solo sirven para ligar y colgar fotografías de fiestas y viajes, es ligero. En las redes sociales, como en el Internet, pasan muchas más cosas que aquí ni siquiera se vislumbran. Un tema familiar para muchos que se presenta con escenas largas en las que abundan los diálogos y en las que la cámara se limita a hacer las veces de espectador.
A pesar de esto, “Red social” termina siendo solo un buen chisme muy entretenido pero que no profundiza en ningún personaje ni despierta ninguna reflexión. Todos ellos persiguen la fama y el dinero en un conflicto que se plantea con diálogos largos repletos de información y ego, pero jamás hay escenas reflexivas ni se dejan ver los sentimientos.
Pero como se trata de mostrar la historia de Facebook, al final, se cumple con el objetivo porque al espectador se le da suficiente información para conocer hasta los detalles más mínimos de se formó la red social más importante de la web. Aunque los expertos digan que el fenómeno ya va de salida.