martes, 7 de junio de 2011

CONOCERÁS AL HOMBRE DE TUS SUEÑOS


Woody Allen es uno de esos directores que siempre tiene algo más que decir.  Y de eso dan fe sus cuarenta  y tantas películas, en las que se ha permitido decir una y otra vez lo mismo de una manera diferente o tal vez de la misma. Pero que más da.
Él es uno de esos directores con lo que podemos casi ir a la fija,  estando seguros de algo:  Sin importar lo repetidas que pueden parecen sus anécdotas ni sus personajes recurrentes, Allen siempre nos dará algo nuevo con lo que podremos engancharnos. 
Esto es consecuencia de la más admirable de sus destrezas, esa astucia narrativa le ha permitido asumir temas como la crisis matrimonial, la monotonía, la infidelidad, el enamoramiento y el destino, hasta el cansancio. 

“Conocerás al hombre de tus sueños” narra cuatro historias que ocurren dentro de una misma familia.  Como ya es costumbre, Allen nos sumerge en su relato desde la primera secuencia con un narrador que nos ubica dentro del momento preciso en que empieza todo. Ese recurso de contarnos la película como si se tratara de un cuento es típico del director newyorkino y así asegura  que no nos perderemos nada y que al final recibiremos un mensaje. 
Entonces conocemos a Helena (Gemma Jones), una mujer mayor que acabada de ser dejada por su esposo de toda la vida.  En medio de su tristeza, consulta una adivina llamada Cristal que la tranquiliza asegurándole que muy pronto encontrará otro amor. Desde ese momento Helena crea una relación adictiva con Cristal a quien le consulta todo y obedece sin duda alguna.
Mientras tanto Alfie (Anthony Hopkins), el exmarido parece pasarla muy bien. Acaba de casarse con una “actriz” de dudoso linaje, a la que le lleva treinta años. En este intento desesperado por recuperar los años idos,  Alfie gasta más de lo que puede y, claro,  toma viagra para mantener a esa guapa mujer junto a él.
Sally (Naomi Watts) es hija de ambos y acaba de empezar a trabajar en una galería de arte con Greg (Antonio Banderas) como jefe.  A pesar de estar casada, no puede evitar sentirse atraída en silencio por este hombre a quien encuentra triunfador, refinado y detallista. Algo que su marido hace mucho tiempo no es.
El marido es Roy (Josh Brolin) un médico de profesión pero escritor de alma y oficio, que se aferra a su pasado glorioso de best-seller.   Pero en la realidad, Roy no es un escritor atractivo para los editores, quienes lo rechazan sin mucha consideración.  Sin embargo insiste una y otra vez con lo mismo, mientras sueña con una mujer que vive enfrente y que siempre se viste de rojo.   Con tanto en la cabeza, Greg no presta atención a los reclamos justificados de Sally que le pide estabilidad económica y un hijo.


Con estas tramas tenemos servida la mesa para deleitarnos con una película que tiene a Londres por escenario aunque bien podría ocurrir en New York, Venecia, Paris o Roma. 
Eso en realidad no importa sino que nos resulta cercana y familiar, gracias a esos personajes divertidos y desesperantes, que ya reconocemos de producciones anteriores.  La mujer infeliz, el fracasado al acecho del éxito, el hombre mayor en busca de juventud, la adivina y la mujer atractiva, hacen parte de ese grupo de seres que rondan y agobian al Allen guionista y director.
Pero si los personajes son importante, mucho más quien los encarna.  Por eso  Allen se da el lujo de escoger a su antojo, sin presionarse demasiado porque como bien dijo una vez “Contrato a gente valiosa y ellos tienen su propio camino.  Ellos eran excelentes actores antes de trabajar conmigo, demuestran su talento en mis proyectos y continúan así al enrolarse en cintas con otros directores”.
Así, actuar para Woody Allen se ha convertido un privilegio que ninguno quiere perderse. Helena Boham Carter, Alan Alda, Jonathan Rhes Meyer, Edward Norton, Helen Hunt, Javier Bardem  son algunos de los que han pasado por sus manos.  Y pronto veremos a Carla Bruni en “Medianoche en Paris”, película que acaba de presentar en Cannes.

A simple vista pareciera como “Conocerás al hombre de tus sueños” es una historia de siempre.  Pero esos toques de actualidad, esa mirada ácida al fracaso y esa burla al enamoramiento furtivo, la convierten en una historia diferente.
Es ante todo, una película llena de esperanza que muestra lo bonito de volver a empezar. 

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